15 jul 2015

Los ornitorrincos de Delaware

¡Buenas tardes! Como podréis comprobar le he dado al Blog una nueva imagen. Más minimalista, limpia y veraniega.
Este verano estoy inmersa en un curso de escritura On-line, así que por aquí os dejo el primer ejercicio que he hecho. Espero que os guste y, como siempre, me encantaría saber qué os parece. 
¡Disfrutad de las vacaciones!
Saludos, 
Paula.
PD: Estamos a poco de alcanzar las 2000 visitas. ¡Gracias por leer!
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Como cada inicio de primavera, Jack realizaba su ritual de limpieza. Una puesta a punto para el verano que comenzaba con deshacerse de las hojas mojadas que obstruían los canalones, continuaba por quitar las malas hierbas del jardín, y terminaba por el desván. Ésta era la parte que más le gustaba, y no porque implicara menor esfuerzo físico, sino porque el desván era la memoria de su vida. Este año contaba con la ayuda de su nieto Jackie, ya que según sus hijos lo notaban cada vez más cansado, aunque según él simplemente estaba más viejo. Entre sillas de jardín descoloridas por el sol, innumerables pilas de cajas de cartón y muchas capas de polvo, Jackie encontró algo que le llamó la atención.
-¡Abuelo! mira lo que he encontrado- gritó mientras sujetaba una cazadora marrón con los bordes de las mangas y el cuello de color dorado.
Jack la miró con nostalgia. Se trataba de la equipación de su antiguo equipo de béisbol: los ornitorrincos de Delaware. Los bomberos del parque de Delaware pasaban muchas horas muertas en las que no recibían ninguna llamada de emergencia, así que decidieron fundar un equipo de béisbol para competir contra otros bomberos de los alrededores. Habían discutido mucho acerca de qué nombre debían ponerse hasta que un día, en uno de los entrenamientos, uno de los miembros reparó en que Jack, cuando se preparaba para golpear la bola, se asemejaba a un ornitorrinco. La extraña pose consistía en colocarse de perfil al lanzador, con la cabeza inclinada hacia abajo y las manos entrelazadas  en la espalda sujetando el bate. Decían que la gorra amarilla era el pico, el bate hacía de cola y que, incluso, la cazadora era del mismo color que la piel del animal. Todos estaban de acuerdo con este original nombre pero aún así, Jack nunca se vio parecido con el peculiar mamífero.